El libro muestra el “estado del arte” de la coctelería argentina. 130 cócteles originales, algunos simples, otros complejos. Los unos intensos, los demás sutiles. Fórmulas que cuentan una historia, iluminan momentos, seducen y que, además, dan una profunda sed. De beber, de conocimiento, de salir, de que haya más bares, de nuevas barras, de más bartenders, de más cócteles… y de más libros.
El libro está muy bien ilustrado (cada trago con su foto), con recetas explicadas y claras, breviario de utensillos, equivalencias, técnicas y glosario. Aunque los tragos de autor no son quizás los más sencillos para iniciarse en el metier, hay varios no complicados, o que no recurren a ingredientes difíciles de hallar. En esta categoría, hay cócteles de Julián Díaz como el Juan Collins (Ginebra Bols o tipo holandesa, Cynar, Amargo Obrero, Hesperidina, pomelo y soda) que a pesar de sus numerosos ingredientes, es de fácil preparación, o el Santino, también del mentor de ocho7ocho con apenas 3 ingredientes: Pisco, Dubonnet Rouge y jugo de pomelo. Oscar Chabrés también muestra fórmulas sencillas, como en el Millenium con whisky escocés, Campari y Gancia. Gabriel Santinelli, del Marriott Plaza, aporta su Coloradito personal, con Martini Dry y Campari, y Pablo Piñata suma sagacidad y elegancia, con su Martini N° 5, con vodka, vermouth seco y 3 gotas de bitter angostura.
Los cócteles son pensados en días y noches, solos o en compañía, pero es cuando se sirven que son probados, y solo así pueden permanecer entre los elegidos personales de un bartender. Y si fueron servidos, fueron bebidos. Los veintiún bartenders seleccionados han pasado por varios más de veinte lugares, así que la geometría de su circulación hace que sea muy probable que hayas estado frente a ellos. Si además sos de los que se adentran en las mieles de las creaciones, alejado de la paz gris de un-mismo-cóctel-todas-las-noches, debés tener alguna experiencia, anécdota o hasta historia alrededor de alguno de los 130 cócteles increíblemente fotografiados por Lucila Blumencweig.
CoctEl vodka está primero, lejos, entre las bebidas más utilizadas, aunque hay que contemplar sus variantes, con opciones saborizadas, diferencias entre marcas y hasta versiones premium y súper premium. El sake sorprende en el podio, superando a bebidas como el ron, que demuestra no ser tan utilizado en las recetas de autor argentinas. El Campari y el gin aparecen con frecuencia y destaca la utilización de bebidas clásicas como Punt e Mes, Gancia, Martini. También el bourbon, junto a la reivindicación de algunas marcas que han vuelto de estantes a veces olvidados, como Hesperidina, Amargo Obrero o Pineral. Entre los ingredientes, gusta el jengibre, muy generalizado tanto fresco como en almíbares, el pomelo (en jugo o gajos), la menta, los arándanos y su jugo, y hasta el pepino, con apariciones varias. La lima mantiene un lugar de privilegio, parte o detalle, y se suman ingredientes originales como el lychee, choya, cilantro, jugo de mandarina y frutas como el maracuyá.
Coctelería Argentina. Por Rodolfo Reich.
Barras, historias y 130 tragos de los mejores bartenders del país
Editorial Albatros
Precio: $89 versión castellano. $105 versión inglés.
Fuente: Glam Out
Nectar Wines Trade
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