Choper, como lo conocen sus amigos, nació en Mendoza en 1972 rodeado de una familia ligada al arte y a la cultura de la provincia. Hoy reparte su tiempo entre la vocación por la Publicidad y la pasión por el Arte. Dirige la agencia PYLV –Peña y Lillo Vinderman- y sorprende a mendocinos y extranjeros con sus pinturas y esculturas, siempre audaces y coloridas. Su obra forma parte de colecciones privadas de nuestro país, Chile, España, Estados Unidos, México y Uruguay.

¿En qué consiste esta idea?

Es un monumento de más de 20 metros de altura que contará con un sistema hidráulico para mover los brazos de sus personajes cada determinado lapso de tiempo para que estos realicen un gran brindis. Propongo su localización en un punto geográfico clave de la Ciudad de Mendoza, la plaza Independencia.

¿Esto ha sido presentado a las autoridades de gobierno? ¿En qué etapa está el proyecto?

La semana pasada di una primera conferencia en Bodegas Trivento ante unas 20 personas. Entre ellas había autoridades de Turismo, representantes de bodegas y empresarios de la construcción. Fue muy bien aceptado, tuve críticas muy alentadoras. Estamos entrando en la etapa de cálculo y desarrollo para las réplicas que irán en las bodegas. Para ello estoy formando el equipo para el desarrollo del proyecto, montaje y evaluando nuevas ideas y diseños que mejoren el concepto.

¿Cómo se te ocurrió?

La idea surgió de una necesidad. Tengo amigos de otros países que han venido a visitarme y generalmente los he llevado a visitar bodegas y lugares típicos. Todos vienen a beber vino, ver bodegas, caminar por los viñedos, sacar fotos, descubrir acequias, escalar montañas, disfrutar del sol.... En muy poco tiempo tenía que ir de un lado para el otro y estos amigos turistas terminaban su gira y se llevaban una pequeña imagen de todo lo que ofrecemos. Siempre me quedaba el “gusto a poco”, quería mostrar más. Quería tener, como otros lugares, algo como un ícono que muestre lo que somos los mendocinos. Algo que en un pantallazo diga lo que somos y ofrecemos.

Mendoza necesita hoy un Monumento al Vino que acompañe su movimiento económico, social, cultural y turístico, que esté a la altura de las circunstancias actuales. No hay mucho más que pensar, me dije. Simplemente me puse a escribir y a desarrollarlo en maquetas de hierro en mi taller.
Para vos, ¿qué ofrecemos los mendocinos? ¿Qué reflejamos al mundo?

Este proyecto está relacionado con la industria del vino y entre una de las tantas actividades que desarrolla esta actividad, está el turismo. Mendoza tiene mucho que ofrecer pero básicamente son estas dos actividades. La industria del vino ha desembocado en actividades que hoy son patrimonio de todos. Mendoza se está posicionando con mucha solidez en el mundo y su potencial es ilimitado.

La idea de un Monumento al Vino es la de unificar el aspecto de la industria con el del turismo en un solo lugar y con una identidad única. Esto facilitaría mucho las cosas en lo que se refiere a imagen de la provincia.



¿En qué consiste el Monumento al Vino y qué comunica?

Tiene elementos que son propios de los mendocinos. Son dos ciudadanos brindando con sus copas. Estos personajes son los actores principales de la obra, pero el monumento contiene elementos que agrupan y unifican el estilo de vida y costumbres propias de los mendocinos.
Para nombrar algunos elementos, el monumento está rodeado por una viña real, con acequias y compuertas típicas. Contiene elementos como el sol, tierra, agua, flora y representaciones de fauna. Iluminado con tecnología de última generación para que sea un atractivo tanto de noche como de día. Las cepas que rodearán el monumento, donadas por las bodegas pioneras de Mendoza, serán un completo mapa para entender más a fondo nuestros inicios.
El monumento abarca muchos aspectos que hacen a un todo, abarca nuestra historia, nuestras costumbres, nuestro espíritu como humanos que habitamos y hacemos de esta actividad algo único en el mundo. Abarca nuestro presente y habla por nosotros en el momento que vivimos y además nos proyecta al futuro. El monumento habla el idioma actual y proyecta el futuro. Todos los mendocinos podrán verse reflejados en él.

En cuanto al brindis, es un símbolo de significado milenario. Brindis quiere decir “yo te lo ofrezco”. La idea de este monumento gira en torno al turismo y creo que ofrecer nuestra provincia al mundo es un buen mensaje de bienvenida.

Ya pensaste en la localización de la obra… ¿Por qué te la imaginaste ahí?

Es bastante complejo de exponer pero tengo mis razones y ruego no herir susceptibilidades a nadie. Al monumento lo pondría donde está el actual Escudo de la Provincia de Mendoza.

Un día tuve que ir al Museo de Arte Moderno, luego a un café de la Peatonal y más tarde a Park Hyatt. Ahí vi el espacio perfecto para el monumento. Ese espacio está presente sobre todo de día, donde el escudo no tiene mucho sentido. Fue el espacio más lindo que vi en mi vida. Me paré debajo del escudo un tiempo largo y veía como los turistas llegaban a ver el monumento.

La verdad que es una idea alocada…

Lo es, pero cuando comencé a averiguar un poco sobre el escudo comencé a comprender que esto sí era posible si se veía de un modo diferente.

El Escudo de Mendoza está basado en el escudo nacional. Esto para un extranjero, un visitante de otro país pasa a ser algo relacionado con el país Argentina. Es difícil que un visitante vea una diferencia e identifique el Escudo de Mendoza entre otros escudos argentinos.
No pretendo entrar en sutilezas de significados con los símbolos patrios, simplemente veo que un Escudo por su propia estructura es un tanto confuso a la hora de interpretar y comunicar algo que en ese lugar podría aportar un mensaje claro.

No es una cosa por otra, es una cosa y otra. El Monumento al Vino busca incorporar el Escudo de la Provincia también, pero en un formato que pueda apreciarse en conjunto con el total del concepto. El Monumento abarca también este ícono provincial.

¿Qué les dejaría el monumento a los mendocinos?

La mejor parte y los mejores beneficios. Comunicar con toda claridad nuestra cultura del vino es parte de nuestra identidad, de nuestro estilo de vida. Tener algo que nos represente es una forma de mirarnos a nosotros mismos y saber de qué estamos rodeados. El Monumento al Vino ofrece identidad plasmada en una obra artística a gran escala. Creo que es un buen momento para mostrar esta simple idea y que la discutamos y aportemos ideas.

Me gustaría mucho que a la gente le guste la idea y que de alguna manera, desde su lugar, cualquiera que sea este, la apoye. No hace falta pensar mucho más e imaginar lo bueno e interesante que sería contar con un Monumento al Vino ubicado en uno de los lugares turísticos claves del centro de la ciudad, la Plaza Independencia. Simplemente con imaginarse por unos minutos este proyecto realizado se puede entender que los beneficios son muy amplios, su significado es muy positivo y su inversión se vería devuelta a todos los mendocinos de una forma sin precedentes.

Fuente: MDZ

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