Cielo y Tierra, el proyecto vinícola de Gustavo Santaolalla y Raúl Orozco, que ya cuenta con tres etiquetas en el mercado.

Comenzaron en el 2005, cuando Gustavo Santaolalla (junto a su esposa Alejandra Palacios) compraron una finca de 22 hectáreas (10 de las cuales están plantadas con viñedos) en Lunlunta, Luján de Cuyo, a la que llamaron La Luna, el mismo nombre de su hija. Se trato de un proyecto pensado desde lo afectivo. Y desde ese mismo comienzo, Gustavo convocó como socio del emprendimiento a su amigo y colega Raúl Orozco. La misión: elaborar los mejores vinos posibles. Como bien dije Santaolalla, “cada uno de los proyectos creativos que realicé en mi vida se ha inspirado en tres conceptos: la identidad, la visión y la búsqueda de la excelencia. Esta trilogía está plasmada con pasión en estos vinos.”

Los tres vinos con los que hoy cuenta fueron elaborados por el enólogo Juan Carlos Chavero en la bodega Antigal –ubicada en Russel, Maipú:

Don Juan Nahuel Reserva Malbec 2005, vino top de la bodega, con 24 meses de paso por barricas de roble, que se venderá a $150- en vinotecas. Don Juan Nahuel Malbec 2006, con 20 meses de crianza en barrica de roble ($100-). Ambos llevan el nombre del menor de los tres hijos de Santaolalla.
Celador Malbec cosecha 2007, con 12 meses de paso por barrica de roble ($75-). Homenajea una de las canciones más conocidas del dúo Orozco-Barrientos: Celador de Sueños. La elección del nombre resume la mentalidad de un hombre que sabe hacer del arte un negocio. “Celador es quien cuida, quien vigila que algo funcione como es debido. En nuestro caso, es el pulmón de esta aventura y del que pensamos vender más botellas. También se llama así porque en inglés, cava se dice wine cellar, algo que ningún norteamericano encontrará difícil de interpretar.”

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